Ayer descubrí navegando un poco por la red y de la mano de nuestro colega skater Edgar Tellez este vídeo grabado y editado en VHS en el año 1993. Un gran documento, filmado por Juan Ignacio Bodelón Fernández (alias Piki) en las calles de la ciudad de Ponferrada. Esta joya debe ser uno de los primeros vídeos de skate que se hayan hecho en la provincia de León o por lo menos el más antiguo que yo haya visto. Refleja muy bien los orígenes y la esencia del skate, cuando todavía los locales patinaban en la calle (y donde podían) porque no había skateparks ni rampas, usando mucho la imaginación, saltando escaleras, haciendo flips, grinds en bordillos, etc. Otro plus que tiene este documento sin duda es la música de fondo que tanto marcó a una generación de skaters como la mía. Una alegría que se rescaten cosas como estas y que hoy casi 20 años después podamos disfrutarlas. Mi enhorabuena a la gente del Bierzo como siempre y espero que les guste este histórico vídeo.
Recuerdo que grabamos otros vídeos. El primero fue en 1991 y la estrella de éste era mi primo Aurelio, que posiblemente haya sido el skater con más huevos que ha parido ese pueblo (exceptuando a Martín, que durante una temporada habitó en el Bierzo). Los que patinábamos en aquella época todavía recordamos cómo hacía lo que quería en las 9 escaleras de Peñalba. O cómo le daba a cualquier gap, sin importarle partir la tabla o su propia cabeza. Y fue por su mala cabeza por lo que abandonó el patín prematuramente. Pero esa es otra historia, como también lo es cómo hubo un tiempo en que el ruido de las tablas se enmudeció en Ponferrada. Ahora, desde hace unos años, ese ruido ha vuelto. Y yo me alegro. Larga vida a las nuevas generaciones.
1 comentario:
Recuerdo que grabamos otros vídeos.
El primero fue en 1991 y la estrella de éste era mi primo Aurelio, que posiblemente haya sido el skater con más huevos que ha parido ese pueblo (exceptuando a Martín, que durante una temporada habitó en el Bierzo). Los que patinábamos en aquella época todavía recordamos cómo hacía lo que quería en las 9 escaleras de Peñalba. O cómo le daba a cualquier gap, sin importarle partir la tabla o su propia cabeza. Y fue por su mala cabeza por lo que abandonó el patín prematuramente. Pero esa es otra historia, como también lo es cómo hubo un tiempo en que el ruido de las tablas se enmudeció en Ponferrada.
Ahora, desde hace unos años, ese ruido ha vuelto. Y yo me alegro. Larga vida a las nuevas generaciones.
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